Citation de Pablo Neruda

samedi 31 janvier 2009

ODE AU CHAT


au commencement
les animaux furent imparfaits
longs de queue,
et tristes de tête.

Peu à peu ils évoluèrent

se firent paysage
s’attribuèrent mille choses,
grains de beauté, grâce, vol...
Le chat
seul le chat 
quand il apparut 
était complet, orgueilleux.
parfaitement fini dès la naissance
marchant seul
et sachant ce qu’il voulait.

L’homme se rêve poisson ou oiseau
le serpent voudrait avoir des ailes
le chien est un lion sans orientation
l’ingénieur désire être poète
la mouche étudie pour devenir hirondelle
le poète médite comment imiter la mouche
mais le chat
lui
ne veut qu’être chat
tout chat est chat
de la moustache à la queue
du frémissement à la souris vivante
du fond de la nuit à ses yeux d’or.

Il n’y a pas d’unité

comme lui ni lune ni fleur dans sa texture:
il est une chose en soi
comme le soleil ou la topaze
et la ligne élastique de son contour
ferme et subtil
est comme la ligne de proue d’un navire.
Ses yeux jaunes
laissent une fente
où jeter la monnaie de la nuit.

Ô petit empereur

sans univers
conquistador sans patrie
minuscule tigre de salon,
nuptial sultan du ciel
des tuiles érotiques
tu réclames le vent de l’amour
dans l’intempérie
quand tu passes
tu poses quatre pieds délicats
sur le sol
reniflant 
te méfiant de tout ce qui est terrestre
car tout est immonde
pour le pied immaculé du chat.

Oh fauve altier de la maison,

arrogant vestige de la nuit
paresseux, gymnaste, étranger 
chat
profondissime chat
police secrète de la maison
insigne d’un velours disparu
évidemment 
il n’y a aucune énigme 
en toi:
peut-être que tu n’es pas mystérieux du tout
qu’on te connaît bien
et que tu appartiens à la caste la moins mystérieuse peut-être qu’on se croit 
maîtres, propriétaires, 
oncles de chats,
compagnons, collègues
disciples ou ami
de son chat.

Moi non.

Je ne souscris pas.
Je ne connais pas le chat.
J’ai sais tout de la vie et de son archipel
la mer et la ville incalculable
la botanique 
la luxure des gynécées
le plus et le moins des mathématiques
le monde englouti des volcans
l’écorce irréelle du crocodile
la bonté ignorée du pompier
l’atavisme bleu du sacerdoce
mais je ne peux déchiffrer un chat.

Ma raison glisse sur son indifférence

ses yeux sont en chiffres d’or.

Pablo Neruda dans Navegaciones y regresos. Buenos Aires, Éditoriale Losada, 1959.

ODA AL GATO

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ILUSTRACIÓN BETSY AMPARÁN 
l
os animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente
terminado,
camina solo y sabe lo que
quiere.

El hombre quiere ser
pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener
alas,
el perro es un león
desorientado,
el ingeniero quiere ser
poeta,
la mosca estudia para
golondrina,
el poeta trata de imitar la
mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a
rata viva,
desde la noche hasta sus
ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su
contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una
nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas
de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón,
nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del
gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y
perteneces
al habitante menos
misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su
archipiélago,
el mar y la ciudad
incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus
extravíos,
el por y el menos de la
matemática,
los embudos volcánicos
del mundo,
la cáscara irreal del
cocodrilo,
la bondad ignorada del
bombero,
el atavismo azul del
sacerdote,
pero no puedo descifrar un
gato.
Mi razón resbaló en su
indiferencia,
sus ojos tienen números
de oro.

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ILUSTRACIÓN BETSY AMPARÁN


Pablo Neruda dans Navegaciones y regresos. Buenos Aires, Éditoriale Losada, 1959.

jeudi 29 janvier 2009

CARTA ABIERTA A PABLO NERUDA

La Habana, 25 de julio de 1966
Año de la Solidaridad
Compañero Pablo: 
Creemos deber nuestro darte a conocer la inquietud que ha causado en Cuba el uso que nuestros enemigos han hecho de recientes actividades tuyas. Insistiremos también en determinados aspectos de la política norteamericana que debemos combatir, para lo cual necesitamos contar con tu colaboración de gran poeta y revolucionario.

No se nos ocurriría censurar mecánicamente tu participación en el Congreso del Pen Club, del que podían derivarse conclusiones positivas; ni siquiera tu visita a los Estados Unidos, porque también de esa visita podían derivarse resultados positivos para muestras causas. Pero ¿ha sido así? Antes de responder, convendría interrogarse sobre las razones que pueden haber movido a los Estados Unidos, tras veinte años de rechazo, a concederte visa. Algunos afirman que ello se debe a que se ha iniciado el fin de la llamada «Guerra fría». Sin embargo, ¿en qué otro momento de estos años, desde la guerra de Corea, un país socialista ha estado recibiendo la agresión física sistemática que padece hoy Viet Nam? Los últimos golpes de Estado organizados con participación norteamericana en Indonesia. Ghana, Nigeria, Brasil, Argentina, ¿son la prueba de que hemos entrado en un período de armoniosa convivencia en el planeta? Nadie con decoro puede sostener este criterio. Si a pesar de esa situación los Estados Unidos otorgan ahora visas a determinados izquierdistas, ello tiene, pues, otras explicaciones: en unos casos, porque tales izquierdistas han dejado de serlo, y se han convertido, por el contrario, en diligentes colaboradores de la política norteamericana; en otros, en que sí se trata de hombres de izquierda (como es el caso tuyo, y el de algunos participantes más del congreso), porque los Estados Unidos esperan obtener beneficios de su presencia: por ejemplo, hacer creer, con ella. que la tensión ha aflojado; hacer olvidar los crímenes que perpetran en los tres continentes subdesarrollados (y los que están planeando cometer, como en Cuba) ; y sobre todo, neutralizar la oposición creciente a su política entre estudiantes e intelectuales no sólo latinoamericanos, sino de su propio país. Jean Paul Sartre rechazó, hace algún tiempo, una invitación a visitar los Estados Unidos, para impedir ser utilizado, y dar además una forma concreta a su repudio a la agresión norteamericana a Viet Nam. Aunque sabemos de tus declaraciones políticamente justas y de otras actividades positivas tuyas, existen razones para creer, Pablo, que eso es lo que ha querido hacerse, y se ha hecho, con tu reciente visita a Estados Unidos: utilizarla en favor de su política.

En ese órgano de propaganda imperialista que es Life en Español (título que es toda una definición: un verdadero programa), su colaborador Carlos Fuentes, cuya firma nos ha sorprendido allí, reseña el congreso a que asististe, bajo el título: «EL PEN: entierro de la guerra fría en literatura» (Agosto 1, 1966). Una de las figuras más destacadas de ese supuesto entierro, se dice, eres tú. De paso, nos enteramos también, gracias a ese artículo, de que la mesa redonda del grupo latinoamericano fue presidida por Emir Rodríguez Monegal, a quien Fuentes llama impertérrito «U Thant de la literatura hispanoamericana» y a quien con igual chatura metafórica, pero con más precisión, cabría llamar «Quisling de la literatura hispanoamericana». Como sabes, a Rodríguez Monegal le ha encomendado dirigir su nueva revista en español (después de fallecido Cuadernos) el Congreso por la libertad de la cultura, organismo financiado por la CIA, según informó el propio New York Times (edición internacional, 28 de abril de 1966).

Es inaceptable que entonemos loas a una supuesta coexistencia pacífica y hablemos del fin de la guerra fría en cualquier campo, en el mismo momento en que tropas norteamericanas, que acaban de agredir al Congo y a Santo Domingo, atacan salvajemente a Viet Nam y se preparan para hacerlo de nuevo en Cuba (directamente a través de sus cipayos latinoamericanos). Para nosotros, los latinoamericanos; para nosotros, los hombres del tercer mundo, el camino hacia la verdadera coexistencia y la verdadera liquidación de la guerra (fría y caliente), pasa por las luchas de liberación nacional, pasa por las guerrillas, no por la imposible conciliación. Como la condición primera para coexistir es existir, la única coexistencia pacífica en la que podemos creer es la integral, de que habló en El Cairo el presidente Dorticós: la que garantizara no sólo que no cayeran bombas en New York y Moscú, sino tampoco en Hanoi ni en La Habana; la que permitiera la absoluta liberación de todos nuestros pueblos, los más pobres y numerosos de la tierra. «Aspiramos», como ha dicho Fidel, «a un mundo donde la igualdad de derechos prevalezca lo mismo para los grandes que para los pequeños». No somos demócratas cristianos, no somos reformistas, no somos avestruces. Somos revolucionarios. Creemos, con la Segunda Declaración de La Habana, que «el deber de un revolucionario es hacer la revolución», y que cumpliendo ese deber, y sólo así, nos será dable existir -y coexistir-, dar fin a todas las guerras.

No hasta con denunciar verbalmente las agresiones más obvias: no basta con deplorar, por ejemplo, la criminal guerra de Viet Nam: ésta es sólo una forma, particularmente horrible, de la política yanqui. Otros pasos, previos, la han hecho posible. Hay que negarse también a respaldar esos pasos; y llegado el caso, apoyar a quienes, frente a la violencia opresora, desencadenan la violencia revolucionaria.

La prueba de que los imperialistas norteamericanos entienden que tu viaje les ha sido ampliamente favorable, es el júbilo manifestado en torno a la visita por voceros norteamericanos como Life en Español y La Voz de los Estados Unidos de América. Si ellos sospecharan que tú habías servido con tu visita a la causa de los pueblos, ¿se hubieran regocijado igualmente? Por eso nos preocupa que hayan podido utilizarla de este modo. Que algunos calculadores se presten a ese papel, mediante prebendas directas o indirectas, es entristecedor, pero nada más. Pero que tú, grande de veras en la profunda y original tarea literaria, y grande en la postura política; que un hombre insospechable de cortejar tales prebendas, pueda ser utilizado para esos fines, lo creemos más que entristecedor: lo creemos grave, y consideramos nuestro deber de compañeros el señalártelo.

Pero si tu visita a los Estados Unidos fue utilizada en ese sentido, aunque cabría haber obtenido con ella otros resultados, ¿qué interpretación positiva puede dársele a tu aceptación de una condecoración impuesta por el gobierno peruano, y tu cordial almuerzo con el presidente Belaúnde?

¿Qué habrías pensado tú, Pablo, del escritor de nuestra América, de la figura política de nuestra América, que se hubiera prestado a que Gabriel González Videla lo condecorara, y que departiera cordialmente con él, mientras tú estabas en el exilio? ¿Hubieras creído que ello fortalecía los nexos entre Chile y el país de ese escritor? ¿Le hubieras concedido a Gabriel González Videla el honor de representar a Chile, mientras tú, por ser auténtico representante de tu pueblo, estabas desterrado? Por eso no te costará trabajo imaginar lo qué en estos momentos piensan y sienten no sólo los desterrados, sino los guerrilleros que, en las montañas del Perú, luchan valientemente por la liberación de su país; los numerosos presos políticos que, por pensar como aquéllos, yacen en cárceles peruanas -algunos, como Héctor Béjar, muriendo lentamente; los que viven bajo la amenaza de la pena de muerte impuesta en su tierra a 1os que auxilien a los nuevos libertadores; los seguidores de Javier Heraud, Luis de la Puente, Guillermo Lobatón, cuya sangre se ha sumado a la de los mártires que tú cantaste en grandiosos poemas. ¿Aceptarán ellos que el gobierno de Belaúnde, al imponerte la medalla (a sugerencia de la organización que sea), ha podido hacerlo a nombre del Perú? No son esos gobernantes, con quienes almorzaste amigablemente, sino ellos, quienes ostentan la verdadera representación de Perú. Así como a Chile la representan los mineros asesinados, Recabarren, el Neruda que en el destierro nos dio el admirable Canto General, los grandes líderes populares de ese gran pueblo tuyo y no González Videla y Frei. Este último ha sido escogido por los yanquis como cabeza del reformismo (hasta le dejan mantener relaciones con la URSS), del mismo modo que los gorilas del Brasil, y últimamente de Argentina son cabeza del militarismo: pero unos y otros, con distintos métodos, tienen un mismo fin: frenar o aplastar la lucha de liberación. No son Perú y Chile quienes fortalecen sus vínculos gracias a esos actos tuyos, sino Belaúnde y Frei: el imperialismo yanqui.

Porque es evidente, Pablo, que quienes se benefician con estas últimas actividades tuyas, no son los revolucionarios latinoamericanos; ni tampoco los negros norteamericanos, por ejemplo: sino quienes propugnan la más singular coexistencia, a espaldas de las masas de desposeídos, a espaldas de los luchadores. Es una coexistencia que se reserva para la pequeña burguesía reformista, los que quieren marxismo sin revolución, y los intelectuales y escritores latinoamericanos, negados hasta ahora, humillados, desconocidos y estafados. Los imperialistas han ideado una nueva manera de comprar esa materia prima de nuestro continente que es el intelectual. Transportada espléndidamente a los Estados Unidos, es devuelta a nuestros pueblos en forma de «intelectual-que-cree-en-la-revolución hecha-con-la-buena-voluntad y-el-estímulo-del-State Departrnent». La situación real de su país no ha cambiado: lo que ha cambiado es la ubicación del intelectual en la sociedad, o más bien su ubicación con respecto a la metrópoli.

Existe en América Latina un estado de violencia permanente que se manifiesta en constantes gorilazos, el más reciente de los cuales es el de Argentina, represión en Guatemala y Perú, carnicería sistemática en Colombia, masacre de manifestaciones obreras en Chile, «suicidios» de dirigentes guerrilleros en Venezuela, intervención armada en Santo Domingo, constante estado de amenaza a Cuba.

El intelectual latinoamericano regresa a su tierra y declara engolando la voz: «Ha comenzado la etapa de la coexistencia» ... i No! Lo que ha comenzado es la etapa de la violencia, social y literaria, entre los pueblos y el imperio.

El pueblo sigue hambriento, asfixiado, aspirando a una igualdad social, a una educación, a un bienestar material y a una dignidad que no le dará ninguna declaración en Life. Se puede ir a Nueva York, desde luego, a Washington si es necesario, pero a luchar, a plantear las cosas en nuestros propios términos, porque ésta es nuestra hora y no podemos de ninguna manera renunciar a ella; no hablamos en nombre de un país ni de un círculo literario, hablamos en nombre de todos los pueblos de nuestra América, de todos los pueblos hambreados y humillados del mundo, en nombre de las dos terceras partes de la humanidad. La «nueya izquierda» la «coexistencia literaria» -términos que inventan ahora los imperialistas y reformistas para sus propios intereses, como antes inventaron el de guerra fría para sus campañas de guerra no declarada contra las fuerzas del progreso- son nuevos instrumentos de dominación de nuestros pueblos.

De la misma manera que la Alianza para el Progreso no es más que el intento de neutralizar la revolución latinoamericana, la «nueva política cultural» de Estados Unidos hacia América Latina no es mas que una forma de neutralizar a nuestros estudiantes, profesionales, escritores y artistas en nuestras luchas de liberación. Robert Kennedy lo admitió claramente en su discurso televisado el 12 de mayo pasado: «Se aproxima una revolución (en América Latina)... 

Se trata de una revolución que vendrá, querámoslo o no. Podemos afectar su carácter, pero no podemos alterar su condición de inevitable». ¿Qué lugar van a tomar nuestros estudiantes, profesionales, escritores y artistas en esa revolución cuya inevitabilidad subraya incluso el propio Kennedy? ¿El lugar de freno, de retaguardia acobardada y sumisa? ¿Está eso en la línea de Martí y Mariátegui, Mella y Ponce, Vallejo y Neruda? Kennedy propone, como primer «contraveneno» a esa revolución, a la revolución real y revolucionaria -y citamos textualmente-: «El intercambio de intelectuales y estudiantes entre los Estados Unidos y América Latina».

Es un evidente programa de castración, que ha comenzado ya a realizarse. Pero ese «veneno» nuestro, esa violencia, es una violencia sagrada: tiene una justificación de siglos, la reclaman millones de muertos, de condenados y de desesperados, la amparan la furia y la esperanza de tres continentes; han sabido encarnarla entre nosotros Tupac Amaru y Toussaint Louverture, Bolívar y San Martín, O'Higgins y Sucre, Juárez y Maceo, Zapata y Sandino, Fidel Castro y Che Guevara, Camilo Torres y Fabricio Ojeda, Turcios y los numerosos guerrilleros esparcidos por América cuyos nombres aún no conocemos.

Queremos la revolución total: la que dé el poder al pueblo; la que modifique la estructura económica de nuestros países; la que los haga políticamente soberanos, la que signifique instrucción, alimento y justicia para todos; la que restaure nuestro orgullo de indios, negros y mestizos; la que se exprese en una cultura antiacadémica y perpétuamente inquieta: para realizar esa revolución total, contamos con nuestros mejores hombres de pensamiento y creación, desde México en el norte hasta Chile y Argentina en el sur. 

Después de la Revolución cubana, los Estados Unidos comprenden que no se enfrentan a un continente de «latinos» ni de infrahombres: que se enfrentan a un continente que reclama su lugar con violencia y para ahora, como sus propios negros, los negros norteamericanos. Después de la Revolución cubana, los Estados Unidos, de la misma manera que «descubrieron» que a nuestro continente le hacía falta la reforma agraria, «descubrieron» también que teníamos una literatura de verdad. El último paso a ese descubrimiento lo han dado al proponer comprar (o al menos, neutralizar) a nuestros intelectuales, para que nuestros pueblos se queden, una vez más, sin voz. Y ya eso no se trata de servirse de personajes desacreditados, como Arciniegas y compañía. Quemaron a los liberales-conservadores, a los reaccionarios, a los agentes de la primera hornada. Ahora tienen que hablar en términos de «izquierda» con hombres de «izquierda», porque si no fuera así no serían escuchados más que por los peores círculos reaccionarios. Están a la búsqueda de quienes, pretendiendo hablar a nombre nuestro, presenten la revolución y la violencia como cosa de mal gusto. Y encuentran, pagando su precio, a esos sensatos, a esos colaboracionistas, a esos traidores.

Nuestra misión, Pablo, no puede ser, de ninguna manera, prestarnos a hacerles el juego, sino desenmascararlos y atacarlos.Tenemos que declarar en todo el continente un estado de alerta: alerta contra la nueva penetración imperialista en el campo de la cultura, contra los planes


Algunos de nosotros compartimos contigo los años hermosos y ásperos de España, otros, aprendimos en tus páginas cómo la mejor poesía puede servir a las mejores causas. Todos admiramos tu obra grande, orgullo de nuestra América. Necesitamos saberte inequívocamente a nuestro lado en esta larga batalla que no concluirá sino con la liberación definitiva, con lo que nuestro Che Guevara llamó «la victoria siempre». Fraternalmente;


Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Juan Marinello Félix Pita Rodríguez, Roberto Fernández Retamar, Lisandro Otero, Edmundo Desnoes, Ambrosio Fornet, José Antonio Portuondo, Alfredo Guevara, Onelio Jorge Cardoso, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Samuel Feijoo, Pablo Armando Fernández, Heberto Padilla, Fayad Jamis, Jaime Sarusky, José Soler Puig, Dora Alonso, Regino Pedroso, José Zacarías Tallet, Angel Augier, Carlos Felipe, Abelardo Estorino, José Triana, Mirta Aguirre, Miguel Barnet, Jesús Díaz, Nicolás Dorr, César Leante, Antón Arrufat, Graziella Pogolotti, Rine Leal, José R. Brene, José Rodríguez Feo, Humberto Arenal, Salvador Bueno, Roberto Branly, Luis Suardíaz, César López, Raúl Aparicio, Euclides Vázquez Candela, Luis Marré, Ezequiel Vieta, Rafael Suárez Solís, Loló de la Torriente, Gumersindo Martínez Amengual, Aldo Menéndez, David Fernández, Manuel Díaz Martínez, Armando Álvarez Bravo, Renée Méndez Capote, Jesús Abascal, Gustavo Eguren, Víctor Agostini, Jesús Orta (Naborí), Francisco de Oraá, Noel Navarro, Oscar Hurtado, José Lorenzo Fuentes, Reynaldo González, Joaquín Santana, José Manuel Otero, Rafael Alcides Pérez, Alcides Iznaga, Mariano Rodríguez Herrera.Martha Rojas, José Manuel Valdés Rodríguez, Ernesto García Alzola, Manuel Moreno Fraginals, Nancy Morejón, Santiago Alvarez, Fausto Canel, Roberto Fandiño, Miguel Fleitas, Jorge Fraga, Manuel Octavio Gómez, Sara Gómez, Sergio Giral, Julio García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea, Nicolás Guillén Landrián, Manuel Herrera, José Antonio Jorge, Luis López, José Massip, Eduardo Manet, Raúl Molina, Manuel Pérez, Rogelio París, Enrique Pineda Barnet, Rosina Pérez, Alberto Roldán, Alejandro Saderman, Humberto Solás, Miguel Torres, Harry Tanner, Oscar Valdés, Héctor Veitía, Pastor Vega, Santiago Villafuerte.Juan Blanco, Gilberto Valdés, Manuel Duchesne, Edgardo Martín, Leo Brower, Nilo Rodríguez, Carlos Fariñas, Pablo Ruiz Castellanos, José Ardévol, Harold Gramatges, Ivette Hernández, César Pérez Sentenat, Zenaida Manfugás, Félix Guerrero, Pura Ortiz, Isaac Nicola, Jesús Ortega, Fabio Landa, Arturo Bonachea.Mariano Rodríguez, Tomás Oliva, Antonia Eiriz, Raúl Martínez, Carmelo González, Servando Cabrera Moreno, Sandú Darié, Lesbia Vent Dumois, Eduardo Abela Alonso, Umberto Peña, Salvador Corratgé, José Rosabal, Antonio Díaz Peláez, Rostgaard, Morante, Guerrero, Carruana, Félix Beltrán, Chago, Enrique Moret, Luis Alonso, Adigio Benítez, Orlando Yanes, Frémez, Marta Arjona, José Luis Posada, Nuez.*
en: Casa de las Américas. La Habana, Empresa Consolidada de artes gráficas, número 38, septiembre-octubre, 1966, pp. 131-135.
* Esta carta abierta, suscrita por un grupo de intelectuales se publicó el domingo 31 de julio de 1966 en el periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. De inmediato recibió adhesiones de numerosos escritores y artistas de Cuba. Se publican las dadas a conocer hasta el 4 de agosto.

LA LETTRE DES CUBAINS

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LE 21 OCTOBRE 1971 NERUDA REÇOIT LE PRIX NOBEL DE LITTÉRATURE. 

Il y avait longtemps que les écrivains péruviens parmi lesquels j'ai toujours compté beaucoup d'amis, sollicitaient pour moi de leur pays une décoration nationale. J'avoue que les décorations me paraissent un peu ridicules. Celles que j'ai - elles sont rares - ont été épinglées sans amour à ma poitrine, pour des fonctions exercées, des services consulaires, c'est-à-dire par obligation ou par routine. Un jour où je passais à Lima, Ciro Alegria, le grand romancier de, Chiens affamés, alors président des Écrivains péruviens, avait insisté pour qu'on me décore dans sa patrie. Mon poème Hauteurs de Macchu-Picchu était devenu un élément de la vie péruvienne; j'avais peut-être réussi à exprimer dans ces vers des sentiments qui gisaient endormis comme les pierres de la monumentale construction. D'autre part, le Président de l'époque, l'architecte Belaunde, était mon ami et mon lecteur. Même si la révolution qui devait l'expulser avec violence a donné au Pérou un gouvernement inespérément ouvert aux nouveaux chemins de l'histoire, je continue à croire que l'architecte Belaunde fut un homme d'une honnêteté irréprochable, attelé à des tâches chimériques qui finalement le détournèrent de la réalité terrible, et le séparèrent d'un peuple qu'il aimait.

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PABLO NERUDA ET L'INTELLECTUEL ET ÉDUCATEUR PÉRUVIEN JOSÉ URIEL GARCÍA À MACHU PICCHU, 1943


J'acceptai une décoration que je devais non plus à des fonctions consulaires mais à l'un de mes poèmes. Et puis, et ce n'était pas la moindre raison, les peuples du Chili et du Pérou gardent encore ouvertes bien des blessures. Si les sportifs, les diplomates et les hommes d'État doivent s'efforcer d'étancher le sang du passé, les poètes, dont le cœur a moins de frontières, ne peuvent que se joindre à eux.

À peu près à la même époque, je me rendis aux États-Unis, à un congrès du Pen Club International. Parmi les invités se trouvaient mes amis Arthur Miller, les Argentins Ernesto Sábato et Victoria Ocampo, le critique uruguayen Emir Rodriguez Monegal, le romancier mexicain Carlos Fuentes. Il y avait aussi présents des écrivains de presque tous les pays socialistes européens.

On me fit savoir à mon arrivée que les écrivains, cubains avaient été également invités. Le Pen Club, surpris de ne pas voir Alejo Carpentier, me demanda d'essayer d'éclaircir l'affaire. Je m'adressai au représentant de Prensa Latina à New York, lequel m'offrit de transmettre un message à Carpentier.

La réponse, à travers Prensa Latina, fut que celui-ci ne pouvait venir, l'invitation étant arrivée trop tard et le visa nord-américain n'étant pas prêt. Quelqu'un mentait en l'occurrence : les visas avaient été délivrés depuis trois mois et depuis trois mois aussi les Cubains étaient au courant de l'invitation et l'avaient acceptée. On comprend qu'il y avait eu une décision supérieure de non-participation au dernier moment.

Je fis comme d'habitude. Je donnai mon premier récital de poésie à New York, avec un public si nombreux qu'on dut installer des écrans de télévision à l'extérieur du théâtre pour que les quelques milliers de spectateurs sans places puissent me voir et m'entendre. Je fus bouleversé par l'écho que mes poèmes, violemment anti-impérialistes, trouvaient dans le cœur du peuple américain. Je compris là bien des choses, comme plus tard à Washington et en Californie, lorsque les étudiants et les petites gens manifestèrent leur approbation à mes paroles qui flétrissaient l’impérialisme. Je constatai sur le vif que les ennemis nord-américains de nos peuples étaient également let ennemis du peuple nord-américain.

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REVUE LIFE EN L'ESPAGNOL DU 1 AOÛT 1966
On me fit quelques entrevues. La revue Life en espagnol, dirigée par des Latino-américains arrivistes déforma et mutila mes opinions. Rien ne fut rectifié quand je le demandai. Ce qui n'a pas une énorme importance. Dans un des paragraphes supprimés, je condamnais l'agression au Viêt-Nam, et dans l'autre je parlais d'un leader noir qu'on venait d'assassiner. Des années plus tard, la journaliste qui avait rédigé l'entra tien reconnut qu'on l'avait censuré.

J'appris durant ma visite - ce qui fait honneur à mes camarades écrivains nord-américains - qu'ils avaient dû exercer une pression sans faiblesse pour obtenir mon visa d'entrée aux États-Unis. Ils en étaient arrivés à menacer, semble-t-il, le Département d'État d'une motion réprobatrice du Pen Club, s'il continuait à me refuser l'autorisation. Dans une réunion publique: où on lui remettait une distinction, Marianne Moore, la personnalité la plus respectée de la poésie nord-américaine, avait pris la parole pour se réjouir que l'unité des poètes eût permis mon entrée légale dans le pays. On m'a raconté que son intervention, vibrante et émouvante, avait été l'objet d'une énorme ovation.

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PHOTOGRAPHIE DE MARIANNE MOORE PAR CARL VAN VECHTEN, LE 13 NOVEMBRE 1948. SOURCE WIKIPÉDIA

Ce qui est sûr et inouï c'est qu'après cette tournée marquée par mon activité politique et poétique la plus combative, et destinée surtout à défendre et à faire appuyer la révolution cubaine, je reçus, à peine rentre au Chili, cette célèbre lettre perfide des écrivains cubains m'accusant rien moins que de soumission et de trahison. Je ne me souviens plus des termes employés par mes censeurs. Mais je peux dire qu'il: s'érigeaient en professeurs ès révolutions, en magisters des normes qui doivent régenter les écrivains gauche. Avec arrogance, insolence et flatterie, ils pie tendaient corriger mon activité poétique, sociale révolutionnaire. Ma décoration pour avoir chanté le Macchu-Picchu et ma présence au congrès du Pen Club; mes déclarations et mes récitals; mes paroles et mes actes condamnant le système nord-américain, alors que j'étais dans la gueule du loup ; tout était mis en doute, falsifié ou calomnié par ces écrivains dont beaucoup avaient rejoint depuis peu le camp révolutionnaire et dont beaucoup aussi étaient payés à juste ou injuste titre par le nouvel État cubain.

Ce sac d'injures se gonfla d'un grand nombre de signatures demandées avec une spontanéité suspecte du haut des tribunes des sociétés d'écrivains et artistes. Des préposés couraient à travers La Havane réunir les signatures de corps entiers de musiciens, de danseurs et d'artistes plastiques. On appelait, pour qu'ils signent, les nombreux artistes et écrivains de passage qui avaient été généreusement invités à Cuba et qui remplissaient les hôtels de luxe. Quelques-uns des écrivains dont les noms apparurent imprimés au bas du document injuste m'ont fait parvenir plus tard des démentis discrets : « Je n'ai jamais signé; j'ai eu connaissance du texte seulement après avoir vu ma signature, que je n'ai jamais donnée. » Un ami de Juan Marinello m'a confié qu'il fut lui-même victime de la manœuvre, mais je n'ai jamais pu le vérifier. Avec d'autres, oui. De toute façon, il fallait que l'affaire fasse boule de neige ou plutôt boule de concussion politique. À Paris, à Madrid et dans d'autres capitales, on créa des agences spéciales, destinées à expédier en masse la lettre mensongère. Il en partit des milliers de copies, par paquets de vingt ou de trente, adressées surtout de Madrid. Il était à la fois sinistre et drôle de recevoir ces enveloppes tapissées de portraits philatéliques de Franco, et à l'intérieur desquelles on accusait Pablo Neruda d'être un contre-révolutionnaire.

Ce n'est pas à moi d'éclaircir les raisons d'une telle fureur : la fausseté politique, les faiblesses idéologiques, les ressentiments et jalousies littéraires, bien des éléments ont pu fomenter cette bataille de beaucoup, contre un seul. On m'a dit plus tard que les rédacteurs enthousiastes de la fameuse lettre, les promoteurs, les chasseurs de signatures, avaient été l’écrivain Roberto Fernandez Retamar, Edmundo Desnoes et Lisandro Otero. Je ne me souviens pas d'avoir lu jamais, ni connu personnellement, Desnoes et Otero. Retamar, oui. À La Havane et à Paris, il m’avait poursuivi de son adulation. Il me répétait qu'il avait publié beaucoup de prologues à mes ouvres, beaucoup d'articles élogieux. Je ne l'ai jamais considéré comme une valeur, mais comme un arriviste politique et littéraire. Un parmi tant d'autres !

Peut-être mes détracteurs s'imaginaient-ils pouvoir me blesser ou me détruire en tant que militant révolutionnaire.

Quand j'arrivai rue Teatinos, à Santiago du Chili exposer pour la première fois l'affaire devant le Comité; central du Parti, celui-ci avait déjà son opinion, au moins en ce qui concernait l'aspect politique.

- Il s'agit de la première attaque contre notre Parti chilien, me dit-on. On vivait alors de sérieux conflits. Les communistes vénézuéliens, mexicains et autres, n'étaient pas d'accord, idéologiquement, avec les Cubains. Plus tard, en de tragiques circonstances mais silencieusement, les Boliviens aussi divergèrent.


Le Parti communiste chilien décida de me remette en séance publique la médaille Recabarren, récemment créée et destinée aux meilleurs militants. C'était une réponse laconique. Notre parti supporta intelligemment cette période de divergences, il persista dans sa volonté d'analyser de l'intérieur nos désaccords. Avec le temps, toute ombre de lutte a disparu et existe entre les deux partis les plus importants l'Amérique latine une entente claire et des rapports fraternels.

Quant à moi, je suis toujours celui qui a écrit Chanson de geste. Je reste attaché à ce livre, le premier consacré intégralement par un poète à la gloire de la révolution cubaine.

Je comprends, bien entendu, que les révolutions et surtout les hommes qui les font, tombent de temps en temps dans l'erreur et l'injustice. Les lois non écrites de l'humanité enveloppent dans le même drap révolutionnaires et contre-révolutionnaires. Personne ne peut échapper à l'erreur. Un élément aveugle, un tout petit élément aveugle à l'intérieur d'un processus, n'a pas d'importance si la cause est grande. Personnellement, je n'ai jamais cessé de chanter, d'aimer et de respecter la révolution cubaine, le peuple de Cuba, les nobles protagonistes de son destin.

Mais tout homme a ses faiblesses et les miennes sont nombreuses. Par exemple, je n'aime pas renoncer à mon orgueil de combattant révolutionnaire intransigeant. C'est peut-être pourquoi j'ai refusé jusqu'à présent et à jamais de tendre la main à ceux qui, consciemment ou inconsciemment, ont signé cette lettre qui reste pour moi une infamie.

J'avoue que j'ai vécu, La poésie est un métier, p 478. Editions Gallimard, 1975, Traduction de Claude Couffont



MA RENCONTRE AVEC CHE GUEVARA


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LE REBELLE CUBAIN ERNESTO CHE GUEVARA (À GAUCHE) EN ENTRETIEN AVEC QUELQU'UN. LA HAVANE 1959. PHOTO JOSEPH SCHERSCHEL

Ma rencontre avec Che Guevara, à La Havane, lui, très différente. Il était près d'une heure du matin quand je réussis à le voir, invité par lui dans son bureau du ministère des Finances ou de l'Économie, je ne sais plus très bien. Nous avions rendez-vous à minuit mais j'étais en retard, ayant dû assister à une cérémonie officielle où, de surcroît, j'étais assis a la présidence.

Le Che portait des bottes, un uniforme de campagne, et des pistolets à la ceinture. Sa tenue avait quelque chose d'insolite dans le cadre bancaire de l'endroit.

Il était brun et parlait lentement, avec un fort accent argentin. Il semblait fait pour bavarder tranquillement, dans la pampa, entre deux matés. Ses phrases, courtes, s'achevaient sur un sourire, comme s'il laissait en suspens le commentaire.

Je fus flatté par ce qu'il me dit du Chant général, Il avait pris l'habitude de le lire le soir à ses guérilleros, dans la sierra Maestra. Maintenant que les ans ont passé, je frémis en pensant que mes poèmes l'ont accompagné aussi dans la mort. J'ai su par Régis Debray que dans les montagnes de Bolivie il avait gardé jusqu'à la fin deux livres dans sa musette : un manuel d'arithmétique et mon Chant général.

Cette nuit-là, le Che me dit une chose qui me déconcerta mais qui explique peut-être en partie son destin. Son regard allait de mes yeux à la fenêtre noire du bureau. Nous parlions d'une invasion possible, nord-américaine. J'avais vu dans les rues de La Havane des sacs de sable disséminés aux endroits stratégiques. Et soudain le Che déclara :

- La guerre... La guerre... Nous sommes toujours contre la guerre, mais quand nous l'avons faite nous ne pouvons vivre sans elle. À tout instant nous voulons y retourner.

Il réfléchissait à voix haute, et pour moi. Je l'écoutai avec une stupeur sincère. Je vois dans la guerre une menace et non un destin.

Nous nous quittâmes et je n'eus plus l'occasion de le rencontrer. Il y eut ensuite son combat dans la forêt bolivienne et sa mort tragique. Pourtant, je continue à voir dans le Che Guevara cet homme méditatif qui, durant ses batailles héroïques, réserva toujours, près de ses armes, une place pour la poésie.

En Amérique latine, « espérance » est un mot que nous chérissons. Nous aimons être appelés « le continent de l'espérance ». Les candidats à la députation, au sénat, à la présidence, se proclament « candidats de l'espérance ».

Dans la réalité, cette espérance est un peu comme le ciel promis, une promesse de paiement sans cesse retardée. On la reporte à la prochaine période législative, à l'année suivante, au siècle suivant.

Avec la révolution cubaine, des millions de Sud-Américains ont eu un réveil brutal. Ils n'en croyaient pas leurs oreilles. Cela ne figurait pas dans les livres d'un continent qui vivait désespérément en pensant à l'espérance.

Et voilà que tout à coup Fidel Castro, un Cubain que personne ne connaissait auparavant, attrapait l'espérance par les cheveux ou par les pieds et, au lieu de la laisser voler, l'asseyait à sa table, c'est-à-dire à la table et au foyer des peuples d'Amérique.

Depuis, nous avons beaucoup avancé dans ce chemin de l'espérance devenue réalité. Mais nous vivons sur une corde raide. Un pays voisin, très puissant et très impérialiste, veut écraser Cuba et l'espérance et tout le reste. Les masses d'Amérique lisent tous les matins le journal, et tous les soirs écoutent la radio, en soupirant avec satisfaction. Cuba existe. Un jour de plus. Une année de plus. Un lustre de plus. Notre espérance n'a pas été décapitée. Elle ne sera pas décapitée.




Pablo Neruda, 
« J'avoue que j'ai vécu », La poésie est un métier, p 476. Editions Gallimard, 1975, Traduction de Claude Couffont




mercredi 28 janvier 2009

PARLANT EN PROSE SUR CUBA

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PABLO NERUDA LORS D'UN RECITAL 
DE POESIE A VALPARAISO EN 1971
Ñ
Nous parlerons en prose sur Cuba. Nous parlerons donc de la rupture des rapports diplomatiques et de ces promesses des chrétiens–démocrates qui ne se concrétisent jamais. Apparemment parce qu’il semblerait que le souci principal de l’actuel gouvernement est d’appauvrir les chiliens afin que les nord-américains deviennent plus riches encore. 

Le gouvernement actuel a adopté vis-à-vis de Cuba une politique pleine des mystères et de contradictions. C’est la politique des gens qui souhaiteraient se tromper eux-mêmes, mais aussi, et surtout , tromper les autres.

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JOSÉ JULIÁN MARTÍ Y PÉREZ (28 JANVIER 1853 À LA HAVANE - 19 MAI 1895 À DOS RÍOS, CUBA) HOMME POLITIQUE, PHILOSOPHE, PENSEUR, JOURNALISTE,  POÈTE ET HÉROS NATIONAL CUBAIN, CONSIDÉRÉ COMME L'APÔTRE DE LA LUTTE POUR L'INDÉPENDANCE. PHOTO WIKIPÉDIA


Dans l’enceinte des Nations Unies Monsieur Bernstein prononça quelques mots positifs concernant nos relations avec l’Ile Héroïque. Malheureusement Monsieur Valdés, dans sa qualité de ministre des Affaires Etrangères, ne les a pas confirmés. En outre il a émis des propos qui vont plutôt dans le sens contraire.

En conséquence l’image que le gouvernement donne de lui-même est plutôt chaotique.

La conduite de ce gouvernement peut se résumer par les mots d’ordre suivants : «je voudrais, mais je ne peux point». En ce moment, en abandonnant la totalité de notre cuivre aux pirates nord-américains, il autorise un saccage historique colossal. Cela ne l’empêche pas pour autant de faire résonner les cloches annonçant la « chilenisation » de notre cuivre.

Monsieur Bernstein, mandaté par Monsieur Valdés, a fait un geste positif vers Cuba , mais ce dernier, dans sa qualité de ministre d’Affaires Etrangères, en a fait un autre en direction du Département d’Etat . Cette danse contradictoire n’éclaircit rien. Sauf le fait que les chrétiens démocrates ont une grande capacité pour obscurcir les choses qui auparavant étaient claires, tout en éclaircissant celles qui étaient obscures. Heureusement le peuple chilien n’est pas dupe et voit de plus en plus clair les aspects ambigus et mensongers de leur politique.


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PORTRAIT DE GABRIEL VALDÉS SUBERCASEAUX, MINISTRE DES 
AFFAIRES ÉTRANGÈRES  DU CHILI DE 1964 À 1970  VERS 1950.
PHOTO JORGE OPAZO GALINDO


Lorsqu’il parla devant le Sénat Monsieur Valdés prit le soin d’envelopper ses opinions d’un couche d’une soi -disant philosophie politique. Très probablement lui-même, il n’en est guère convaincu.

Selon Monsieur Valdés la révolution cubaine n’est ni originelle ni autonome. Je voudrais savoir ce qu’il pense de la révolution latino-américaine de 1810 ? Est- ce que pour lui celle-ci était originelle et autonome ? Est ce qu’il sait- que pour la mener à bien Bolivar, San Martin et O’higginss s’inspirèrent des idées de l’Europe révolutionnaire ?

Jadis les idées de libération partirent de la France. Aujourd’hui le vent du socialisme souffle d’un autre coté du monde. Tout comme les idées communistes qui prônent l’émancipation du prolétariat mondial.

Monsieur le ministre a dit que « Cuba fait partie d’un système étranger à l’Amérique Latine ».

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« O'HIGGINS ET SAN MARTÍN LORS DE L’ACCOLADE DU MAIPÚ »
TABLEAU DE PEDRO SUBERCASEAUX , 1908. PHOTO WIKIPÉDIA


LE 5 AVRIL 1818, LES FORCES CHILIENNES ET ARGENTINES COMMANDÉES PAR JOSÉ DE SAN MARTIN AFFRONTENT LES TROUPES  ROYALISTES DE MARIANO OSORIO LORS DE LA BATAILLE DE MAIPU. O’HIGGINS ARRIVA SUR LE CHAMP DE BATAILLE BLESSÉ.

Je demande à Monsieur le ministre : Ses idées sont-elles celles qui ordonnent le système (politique et social) de l’Amérique Latine? Ou bien l’évolution, ou les révolutions, de nos peuples ?

Ce système est –il : la dictature paraguayenne, la répression vénézolienne et le militarisme brésilien. Est-ce qu’il inclut- aussi : le caudillisme militaire équatorien, la manière brutale de gouverner qu’ont les militaires boliviens , le gouvernement ensanglanté du Saint Domingue. Ainsi que la dynastie corrompue des Somoza au Nicaragua et colonialisme qui vassalise le Puerto Rico?

Tous ces « systèmes » ont le droit de voter à l’OEA. Pas Cuba. A cet endroit là elle n’a ni le droit de s’exprimer ni le droit de voter.

Votre système latino américain, monsieur le ministre, inclut-il aussi les gouvernements imposés par les Etats-Unis à Guatemala et au Salvador ? Ainsi que le dénouement, l’arriération et la misère féodale existant dans la quasi totalité de nos pays ?

Grâce à la révolution à Cuba tous ces fléaux ont disparus.

Notre ministre des Affaires Etrangères veut nous faire croire que le soi -disant Système latino-américain qu’il défend est le nôtre. Par voie de conséquence, nous autres, latino américains nous devrions l’accepter. En outre nous devrions aussi être solidaires avec cet étrange système.

Mais en fait en quoi consiste-t-il exactement ce fameux système ? Qui a eu cette idée saugrenue ? Qui veut encadrer la façon comme les peuples pensent et agissent ?

Existe-t-il un système européen ? Est-ce que par hasard quelqu’un a entendu parler d’un système asiatique de gouvernement ?

En fait Monsieur le Ministre le système latino-américain que vous évoquez ne serait-ce autre chose qu’une pittoresque réunion de satrapes qui au sein de l’OEA ne savent dire que « yes »

Devant le Sénat Monsieur le Ministre a prononcé aussi la phrase suivante : Dans la mesure où Cuba reviendrait au sens premier de sa révolution; le Chili est prêt a agir activement afin qu’elle soit réintégrée dans la famille latino américaine . Quel que soit son système économique et social.

Si jusque là la confusion était confuse, monsieur le ministre arrive dans ce paragraphe à faire mieux encore. Il arrive à confondre la confusion.

En fait, Qu’est ce le sens originel de la révolution cubaine ? Quel est le droit qui nous autoriserait à dire que celle-ci doit revenir à ce sens originel ?

D’ailleurs qui a établi et consolidé les contours de ce supposé sens originel ? Pour quelle raison Monsieur le ministre voudrait-il que Cuba revienne à celui-ci ?   Ce sens originel de la révolution cubaine ne serait-ce pas plutôt une invention du Département d’Etat. ?

Lorsque Monsieur le ministre dit « quel que soit son régime économique et social il ne va pas jusqu’au bout de sa logique. En réalité il aurait dû dire «quel que soit son régime à condition qu’il soit capitaliste ».
Dans ses efforts pour coloniser l’Amérique Latine, les Etats-Unis voudraient que celle-ci appartienne au «monde libre ». C’est à dire au système capitaliste. Ils
voudraient , aussi , que les nations latino-américaines, avec leur système capitaliste, restent sous leur emprise politique , et économique .

En rejetant ce fouet Cuba a eu le courage de ne pas accepter les dictats impérialistes Elle a désobéi à l’impérialisme nord-américain. Cet exemple de souveraineté sera toujours une source de lumière pour nos peuples. Quels qu’ils soient les événements qui pourraient survenir par la suite.

Je précise que quels que soient les événements qui pourraient survenir en Amérique car j’ai l’intuition que nos ennemis n’arriveront jamais à écraser la indépendance de la révolution cubaine.

Les agences de presse mentent tous les jours. Elles qualifient de castro communistes tous les mouvements de libération de nos peuples. Même quand elles dorment les polices de nos satrapes latino américains voient des castro communistes. Cette obsession à voir des castro -communistes partout est un bon alibi pour celles ci. Elle leur permet de perpétuer leurs brutales pratiques répressives.

Les gouvernements d’Amérique Latine collaborent avec le blocus que le gouvernement américain impose à Cuba.. Afin d’empêcher que ses industries travaillent ils refusent à Cuba l’acier et le pétrole. Ils veulent aussi que l’ensemble de la population cubaine n’arrive plus à manger correctement.

Les bateaux ne peuvent pas leur amener de la nourriture parce qu’on veut que les hommes, mais aussi les femmes et les enfants, meurent de faim.

Devant une telle situation notre gouvernement, qui se déclare lui-même : démocrate et chrétien, préfère se taire.






Discours de Pablo Neruda au Théâtre Imperio à Valparaiso, le 10 janvier 1965, publié dans le journal El Siglo à Santiago du Chili, le 12  janvier 1965.
Publié dans Nerudiana dispersa, le Sang à Saint-Domingue, pages 50-53, Pablo Neruda Œuvres complètes tome V, chez Galaxie Gutemberg, Cercle de Lecteurs, Barcelone 2002