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TREN DE PASAJEROS DE LA LÍNEA DE MOSCÚ A SUJUMI EN LA ESTACIÓN DE PSYRTSKHA, NOVI AFON PHOTO SERGEI RUBLIOV |
El tren «Moscú-Sujumi» se hundía en las montañas.
Ya se hablaba
del mar.
Ya los estudiantes
en los bancos vecinos,
abandonaban su ajedrez o sus naipes.
En el pasillo se amontonaban los
que miraban por las ventanillas:
«Un instante, va a aparecer el mar!».
Algunos viajeros
apoyándose en los hombros de sus camaradas
rememoraban
sus citas con el mar.
Para mí,
en los museos, en las habitaciones,
el mar estaba suspendido en un marco, y bajo vidrio.
Antes nunca lo vi sino pintado,
nunca lo conocí sino en los libros.
Toqué de nuevo la mano del vecino
y con obstinación continué preguntando:
«Díganme,
esta muy cerca?
Como es?».
«Paciencia,
vas a verlo tu mismo en un instante! »
De pronto
en un vaivén el tren
entra al espacio
y de inmediato
nada más en el mundo:
No ha quedado nada
alrededor mío: solamente el mar.
Todo se ha callado
salvo su rumor.
Recordé de repente
que así me pasó antes.
Sí,
el mismo sentimiento,
pero aún más intenso,
cuando aún yo no había saboreado el amor
y no lo conocía sino por los libros.
Reprochando al amor su indiferencia
acosé a mis amigos con preguntas:
«Díganme,
está muy cerca? Y cómo es?».
«Paciencia!
Lo aprenderás tú mismo! »
Me pasó con el mar
como con el amor:
cuando éste entró en mi vida
desapareció todo,
sólo él vivió en el mundo
y no oí nada más
que su palabra.
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Estación de Sujumi. Photo Игорь С
Traducción de Pablo Neruda, en Obras completas tomo V , Nerudiana dispersa II p. 1275. Edición de Hernán Loyola. Galaxia Gutemberg 2002.
Publicado en el diario El Siglo, Santiago, 21 de enero 1968
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