De pronto no puedo decirte
lo que yo te debo decir,
hombre, perdóname, sabrás
que aunque no escuches mis palabras
no me eché a llorar ni a dormir
y que contigo estoy sin verte
desde hace tiempo y hasta el fin.
Yo comprendo que muchos piensen,
y qué hace Pablo? Estoy aquí.
Si me buscas en esta calle
me encontrarás con mi violín
preparado para cantar
y para morir.
No es cuestión de dejar a nadie
ni menos a aquéllos, ni a ti,
y si escuchas bien, en la lluvia,
podrás oír
que vuelvo y voy y me detengo.
Y sabes que debo partir.
Si no se saben mis palabras
no dudes que soy el que fui.
No hay silencio que no termine.
Cuando llegue el momento, espérame,
y que sepan todos que llego
a la calle, con mi violín.
Poema de Pablo Neruda en:
(2) Plenos poderes, Buenos aires, Losada 1971 (Octubre), 92 páginas. Colección Biblioteca clásica y contemporánea, número 371. Reediciones: 1974, 1977.
(3) Plenos poderes, Barcelona, Seix Barral 1977. 93 páginas. Reediciones: 1981, 1983.
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