Citation de Pablo Neruda

samedi 7 février 2009

LA FUGA DE PABLO NERUDA

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PABLO NERUDA EN 1949, QUAND IL SORT DU CHILI EN CROISANT CLANDESTINEMENT LA CORDILLÈRE DES ANDES. PHOTOGRAPHIE JORGE BELLET 
Este mes se conmemoran los 60 años de la mítica fuga de Pablo Neruda. El poeta chileno inició una travesía a caballo por la cordillera de los Andes el 24 de febrero de 1949, para llegar a San Martín de los Andes –en territorio argentino- a comienzos de marzo.

Escapaba así de la persecución lanzada contra él por el gobierno de Gabriel González Videla el año anterior. González Videla, presidente de Chile de 1946 a 1952, llegó al poder a la cabeza de una coalición, la Alianza Democrática de Chile (1941 y 1946) compuesta por el Partido Radical, el Partido Demócrata, el Partido Socialista, el Partido Democrático, el Partido Comunista de Chile (PCCh) y el Partido Socialista de los Trabajadores (hasta junio de 1944, cuando sus militantes se incorporan al PCCh). Esta alianza fue apoyada también por la Confederación de Trabajadores de Chile.

El Partido Comunista tuvo tres ministros de sus filas en el gobierno: Carlos Contreras Labarca, Miguel Concha y Víctor Contreras Tapia. La alianza política se rompe y los comunistas se retiran del gobierno en Abril de 1947.

A fines de los años 40 se vivía en el mundo un momento histórico particular: es el inicio de lo que Walter Lippmann llamó The Cold War, ”la guerra fría“ y también el comienzo de un período especial de la historia americana, el Red Scare –el Terror Rojo- o “macarthysmo” periodo inquisitorial impulsado por la comisión senatorial Joseph McCarthy, que consistía en el acoso sistemático a militantes o simpatizantes comunistas, como eventuales agentes de la Unión soviética en los Estados Unidos.

El macarthysmo tuvo su correlato en Chile, en la denominada “Ley de Defensa permanente de la Democracia” o “Ley maldita”, cuya finalidad era proscribir la participación política del PCCh y su exclusión de la vida cívica nacional.

Se cumplen, en efecto, 60 años de aquella expatriación de Neruda por el paso de Lilpela, un atajo cordillerano de contrabandistas. Este suceso quedó indeleblemente grabado en la memoria del poeta, al punto que en Estocolmo, al pronunciar en 1971 su discurso de agradecimiento al Premio Nóbel de Literatura, rememoró con detalles el episodio.

La reaparición pública de Neruda tuvo lugar en Europa, durante el primer Congreso internacional de los Partidarios de la Paz, en París, el 20 de abril de 1949, en la sala Pleyel, y en la reunión posterior en el estadio velódromo Buffalo, en Montrouge, el 24 de abril de 1949.


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ENTRADA DEL ANTIGUO VELODROMO BUFFALO, EN MONTROUGE
LUGAR DEL 1° CONGRESO MUNDIAL POR LA PAZ EN 1949

El viaje ha pasado a ser parte del patrimonio nacional chileno y tiene hoy todos los ingredientes de una leyenda. Los detalles del viaje y las peripecias de la clandestinidad han sido consignados por varios escritores y por el mismo poeta en distintos momentos de su obra.

Actualmente, existe un “itinerario turístico” denominado Ruta de Neruda, que recorre los principales lugares en los que el poeta estuvo oculto hasta pasar la frontera hacia Argentina.

Sería sin embargo lamentable que el mensaje del poeta, que él se empeñó en transmitirnos durante toda su vida, su palabra, nos llegue un siglo más tarde limitado a una estrecha dimensión folclórica, como banal atracción turística o simple promoción de un país en busca de figuras triunfalistas.

No permitamos que Neruda sea convertido en un producto más de exportación, un producto despojado de sus «aspectos turbulentos» y debidamente adaptado a las normas que rigen hoy la circulación de las mercancías y las ideas.

La vasta dimensión política de su obra, el combate humanista y social que el poeta diera junto a los pobres de la tierra, chocan en efecto al discurso dominante, y se muestran como meros traspiés, como errores, como zonas oscuras que más conviene callar o disimular, para no estorbar el alcance universal de la obra.

Les invitamos a leer o releer al Neruda integral, sin duda íntimo y coloquial, pero inmerso también en su contexto histórico, e indisociable de su inalterable compromiso político, que ha marcado de punta a cabo su obra entera.

M C

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