Citation de Pablo Neruda

jeudi 26 octobre 2023

WALKING AROUND

  –WALKING AROUND–





Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

–Pablo Neruda–

samedi 7 octobre 2023

LA MAMADRE

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LAURA REYES (HERMANA), PABLO NERUDA
Y TRINIDAD CANDIA MALVERDE,
SU QUERIDA MAMADRE   
La mamadre

La mamadre viene por ahí,

con zuecos de madera. Anoche

sopló el viento del polo, se rompieron

los tejados, se cayeron

los muros y los puentes,

aulló la noche entera con sus pumas,

y ahora, en la mañana

de sol helado, llega

mi mamadre, doña

Trinidad Marverde,

dulce como la tímida frescura

del sol en las regiones tempestuosas,

lamparita

menuda y apagándose,

encendiéndose

para que todos vean el camino.


Oh dulce mamadre

—nunca pude

decir madrastra—,

ahora

mi boca tiembla para definirte,

porque apenas

abrí el entendimiento

vi la bondad vestida de pobre trapo oscuro,

la santidad más útil:

la del agua y la harina,

y eso fuiste: la vida te hizo pan

y allí te consumimos,

invierno largo a invierno desolado

con las goteras dentro

de la casa

y tu humildad ubicua

desgranando

el áspero

cereal de la pobreza

como si hubieras ido

repartiendo

un río de diamantes.


Ay mamá, cómo pude

vivir sin recordarte

cada minuto mío?

No es posible. Yo llevo

tu Marverde en mi sangre,

el apellido

del pan que se reparte,

de aquellas

dulces manos

que cortaron del saco de la harina

los calzoncillos de mi infancia,

de la que cocinó, planchó, lavó,

sembró, calmó la fiebre,

y cuando todo estuvo hecho,

y ya podía

yo sostenerme con los pies seguros,

se fue, cumplida, oscura,

al pequeño ataúd

donde por vez primera estuvo ociosa

bajo la dura lluvia de Temuco.


[Del libro Memorial de Isla Negra] 

* En la Foto Laura Reyes (Hermana), Pablo Neruda y Trinidad Candia Marverde, su querida Mamadre.