Citation de Pablo Neruda

mercredi 28 janvier 2009

HABLANDO EN PROSA SOBRE CUBA


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Hablaremos en prosa de Cuba, de las relaciones diplomáticas cortadas, de las promesas democratacristianas que no cuajan, porque parece ser el principal empeño del gobierno actual empobrecer a los chilenos y hacer más ricos a los norteamericanos.

La política del actual gobierno sobre Cuba es zigzagueante, misteriosa y contradictoria. Es una política de gente -que quiere engañarse a si misma y que quiere engañar a los demás.

El señor Bernstein dijo en las Naciones Unidas algunas palabras positivas sobre nuestras relaciones con la Isla Heroica. El ministro de Relaciones señor Valdés, en vez de confirmarlas, ha dicho más o menos todo lo contrario. Esto refleja el caos del actual gobierno.

Esto revela el «quiero y no puedo» de un gobierno que por una parte autoriza el saqueo más colosal de la historia, la entrega total de nuestro cobre a los piratas norteamericanos, y por el otro toca a rebato las campanas, anunciando que el cobre se ha chilenizado.

Mientras el señor Bernstein, delegado del ministro señor Valdés, daba un paso hacia Cuba, el ministro señor Valdés daba un paso hacia el Departamento de Estado. Con este baile de pasos cambiados no se aclara nada. Pero en este sentido de no aclarar nada y obscurecerlo todo, están demostrando los democratacristianos que son maestros. Por suerte el pueblo chileno esta viendo cada vez más claro en ésta política de ambigüedad y de mitificación.

El canciller señor Valdés ha envuelto sus opiniones ante el senado en un ropaje de filosofía política que no logrará convencer ni siquiera al señor Valdés.

Él sostiene que la Revolución cubana no es original ni autónoma. Yo pregunto al señor Valdés, la revolución de Latinoamérica de 1810, fue original y autónoma? Bolívar, San Martín, O'Higgins, trajeron sus ideas de la Europa revolucionaria. Así como entonces partieron de Francia las ideas de liberación, hoy sopla desde otras partes del mundo, el viento del socialismo, las ideas comunistas y la ascensión del proletariado universal. Dice el señor ministro que «Cuba forma parte de un sistema que de hecho es extraño a América Latina».

Pregunto al señor ministro; este sistema de América: Latina lo ordenan las ideas del señor ministro o la evolución y revolución de nuestros pueblos?

Este sistema de América Latina es la dictadura paraguaya, o la represión venezolana, o el gorilismo brasileño; o el caudillismo militar del Ecuador actual, o es la prepotencia de los militares bolivianos que ahora gobiernan, o es el ensangrentado gobierno de Santo Domingo, la corrompida dinastía de los Somozas en Nicaragua? O el sistema colonial que, obliga a Puerto Rico a ser vasallo norteamericano? Todos estos sistemas pueden votar en la OEA, peso Cuba no puede hablar ni votar allí. Su sistema latinoamericano, señor ministro, es el gobierno impuesto por los EE.UU. en Guatemala o en El Salvador? O es el atraso, la desnudez y la miseria feudal de casi todos nuestros países, atraso desaparecido de Cuba por obra y gracia de la revolución? Esto quiere decir que nosotros los latinos tenemos estos sistemas de gobierno, y-que el señor ministro quiere que seamos solidarios de este extraño sistema?

Pero, qué es esto del sistema latinoamericano? De dónde nace esta peregrina idea? Quién ha encajonado los sistemas del pensamiento o de la conducción de los pueblos? '

Hay un sistema europeo? Quién ha oído hablar del sistema asiático de gobierno?

El sistema latinoamericano es para usted la reunión de los pintorescos representantes de los sátrapas en la OEA que sólo saben decir «yes»?

Continua el señor ministro en su exposición al senado: «En la medida en que Cuba vuelva al sentido originario de su revolución, cualquiera que sea el régimen económico-social que allí impere, Chile estará pronto para cooperar activamente en la reintegración de ese Estado a la familia americana».

Si la confusión era confusa el señor ministro llegó en este párrafo a un grado más avanzado en ella. Llegó a confundir la confusión.

Porque cuál es ese «sentido originario» de la Revolución cubana y con qué derecho vamos a dictaminar nosotros que vuelva a ese sentido «originario» su Revolución? Quién ha determinado ese sentido originario, quién lo ha estabilizado y por qué quiere decretar el señor ministro que vuelva Cuba a eso que llama su «sentido originario»? No será este «sentido originario» de la Revolución cubana una invención del Departamento de Estado?

Y en esto de que cualquiera que sea el régimen económico-social, me parece que se quedó corto. Debió decir el señor ministro Valdés: «Sea cual fuera el régimen que tenga siempre que sea capitalista». La exigencia actual de los Estados Unidos en su esfuerzo de colonización de América Latina es que pertenezcamos al «sistema», al «Mundo libre», es decir, al capitalismo y que este capitalismo de las naciones latinoamericanas siga fuertemente amarrado al predominio económico y político norteamericano.

Cuba ha tenido la valentía de no aceptar estas imposiciones. Ha cometido el desacato de no aceptar el látigo del imperialismo, de no obedecerlo.

Esta lección de soberanía, pase lo que pase, será el eternamente una antorcha de luz para nuestros pueblos.

Digo, pase lo que pase en el resto de América, porque mi corazón y mi pensamiento me dicen que los .enemigos de nuestros pueblos no lograrán aplastar la independencia cubana encarnada en la Revolución de Cuba.

Las agencias de prensa mienten cada día, y han bautizado como castro-comunistas a todos los movimientos liberadores de nuestros pueblos. Los policías de los sátrapas latinoamericanos creen ver castro-comunistas hasta cuando duermen. Esto les sirve en su antigua tarea de martirio y persecución.

Por otra parte los gobiernos de Latinoamérica, colaboran en el bloqueo contra Cuba, impuesto por el gobierno norteamericano.

Se trata de que no trabajen sus industrias, se le niega el petróleo y el acero. Se trata de que no coman los hombres ni las mujeres ni los niños. Se prohíbe a los barcos que lleven alimentos a los cubanos para que hombres, niños y mujeres se mueran de hambre, y de esto no protesta nuestro gobierno que se hace llamar demócrata y cristiano.


Discurso de Pablo Neruda en el Teatro Imperio, Valparaíso, 10.1.1965, publicado en diario El Siglo, Santiago, 12.1.1965 

 Publicado en Nerudiana dispersa, Sangre en Santo Domingo paginas 50-53, Pablo Neruda Obras completas tomo V, Galaxia Gutemberg, Círculo de Lectores, Barcelona 2002

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